Entrevistas

1) D9Mag Entrevista a Boris Izaguirre



"Las fiestas son el único sitio donde la gente es realmente natural" 
Pese a su dilatada trayectoria profesional en diferentes medios de comunicación y su indiscutible condición de socialité, Boris Izaguirre es un hombre cercano. Así lo demostró cuando accedió a ser el primer entrevistado de D9 Mag. Nos atendió en el baño de la suit imperial del Hotel Carlton, mientras se arreglaba para acudir a la exposición fotográfica de su amigo Charles Freger. Una cita, sin duda, poco convencional, igual que el propio Boris Izaguirre.


Íbamos a preguntarte si tenías algún truco o ritual de belleza, pero vemos que sí.
Claro, uso hidratante desde los 16 años, no digo las marcas porque nadie me ha patrocinado nunca. Mi madre se hidrataba siempre y tenía una piel increíble. Fue una buena influencia.

Escribías una columna titulada ‘De Vuelta al Armario’. ¿En el armario de quién te meterías?
¡De tanta gente! Aunque yo creo que cada vez más en el mío propio. Realmente tengo una edad que me permite revisitarme a mí mismo a través de mi armario. Tengo varias décadas para repasar.


Además, todo vuelve.
Exacto. El año pasado hicimos un programa de televisión en la pasarela Cibeles. Ahí fue cuando me puse a revisar ¡y vi que tenía bermudas de hace 15 años! Y tengo también una serie de trajes de Dior, Tom Fords para Gucci y para Saint Laurent, etc. Aprecio mucho tener ese tipo de trajes porque representan un tiempo y una época determinada en el mundo del diseño. Ha habido mucho talento en los últimos 20 años en el mundo de la moda. Por eso si has tenido la oportunidad de adquirir piezas en distintas temporadas tienes en tu armario una pequeña colección en el tiempo.

"Habría sido un magnífico trapecista"
Hablando del pasado, tus desnudos en televisión han sido sonados. Pero hemos leído que te vistes para escribir. ¿Esta práctica te merece más respeto que otras?
No, es que paso mucho tiempo escribiendo y es más cómodo.
¿De entre todas las facetas profesionales que desarrollas, escribir  es la que más te llena?
Yo creo que es la única que te tengo en mi vida.
¿La única? Eres presentador, showman, guionista, articulista…
Sí, pero es lo mismo en realidad. Un presentador probablemente haga una literatura más oral, pero necesita un vocabulario para ello y es muy difícil tenerlo si no lees. Una de las cosas extraordinarias de leer es que amplía tu vocabulario, tus miras y tu conocimiento.
Tu versatilidad es indiscutible, ¿te queda algo por hacer?
¡Muchísimo! Saber pilotar un avión, navegar… y me encantaría vencer el vértigo y ser paracaidista o acróbata. Toda mi vida he pensado que me equivoqué de profesión y que habría sido un magnífico trapecista.
¿Y el vértigo?
Fíjate. Forma parte de mis contradicciones. Soy un hombre profundamente contradictorio. 


"Recuerdo lo bien que lo pasó Armani en Distrito9"
¿Cómo compaginas tus distintas facetas profesionales con tu ajetreada vida social?
Efectivamente, la vida social puede ser muy ajetreada, pero estar en una fiesta más de dos horas y media es demasiado. Isaac Chocrón,  un gran autor venezolano que yo he querido mucho, decía que uno tiene que plantearse tres horas para cada compromiso social: una hora para llegar y saludar; otra para hacer movimiento, valoración y opinión; y otra hora para despedirse.
¿Consiste en dejarse ver?
No. Yo disfruto muchísimo y creo que las fiestas son el único sitio donde la gente es realmente natural porque se crea tanta expectativa, que el nervio que llevas dentro te desnuda más de lo que piensas. Son el único lugar donde puedes ver a la gente en su estado puro. Pero creo que, en efecto, hay que acotarlas.
Hablando de fiestas, estuviste en alguna de las de Distrito9. ¿Qué recuerdas?
Sí, en la fiesta de Armani. Recuerdo lo bien que se lo pasaba él, por ejemplo. Y sobre todo el local, el decorado, las palmeras… Gran parte del espacio lo ocupaban los grandes vestidos de las señoras, que pesaban además una barbaridad de la cantidad de pedrería que llevaban. También recuerdo cómo la gente enloqueció con Isabel Preysler. En aquella época escribía una columna llamada ‘Verdades Alteradas’, sobre crónica social,  y se la dediqué a aquella fiesta.  Fue fantástica.

"El éxito es muy artificial"
Boris Izaguirre en el balcón del Carlton
D9Mag
Hablemos de tu último libro, Dos monstruos juntos, en el que analizas las causas y efectos de la crisis y la corrupción.
Sobre todo de la corrupción. Creo que la crisis lo que nos ha descubierto, más allá del despilfarro, es la sociedad de la impunidad y de la corrupción. Y, personalmente, creo que ésta es la primera novela que se acerca a este fenómeno. Nos despertamos cada día con nuevos casos de corrupción en la prensa.  Es increíble. Para corromperte tiene que haber dinero y para tener un déficit tiene que haber habido dinero; ambas situaciones están ligadas. La historia de Alfredo y Patricia, protagonistas de la novela, trata precisamente de lo fácil que es corromperte y lo difícil que es deshacer el entuerto.
En este sentido, ante tantos nuevos casos de corrupción, ¿crees que la sociedad tiene cierta responsabilidad?
En realidad nosotros pagamos que otras personas hayan robado, ¿no?
Pero elegimos a nuestros representantes.
¡Y no solamente los elegimos una vez sino que los reelegimos! Creo que en este aspecto tienen mucho que ver los medios de comunicación, sobre todo la televisión, que ha creado una especie de poder del que crees todo, aunque no sea verdad. Me parece asombroso que en comunidades autónomas como Valencia y Andalucía se haya perpetuado en el poder tanto tiempo gente que no lo estaba haciendo bien y que hayan conseguido ser reelegidos una y otra vez. Por cierto, lugares con dos partidos en el Gobierno distintos.
Así, como en la realidad, los personajes de tu novela, especialmente ella, quieren mantener su estatus político y social a toda costa.
Patricia y Alfredo han conocido el privilegio, no quieren renunciar a él y están decididos a hacer lo que sea para mantenerlo. Así,  Patricia construye una ingeniería financiera para evadir dinero y para captar lo que está evadiendo. Cuando concebí esta trama la veía como algo ficticio; por eso, cuando leo estos casos, particularmente el del Instituto Noós, no deja de asombrarme que sea real. Me lo comenta mucha gente cuando lee el libro, que les irrita sentir que sea tan real.
Viendo qué mueve a las personas, ¿dirías que el éxito y el poder lo son todo?
Para mucha gente sí. Y para los medios de comunicación, sin duda.  Constantemente bombardean con que es lo único que hay. Pero el éxito es muy artificial, no es nada espiritual. En efecto, es muy religioso, muy acato y respetuoso con las normas; pero en el fondo, tiene poco espíritu. Personalmente, busco en la vida otras cosas; no me gustaría nunca perder la curiosidad o la capacidad de imaginarme nuevas posibilidades y nuevas realidades. Por eso, prefiero escribir por encima de todo. Y para mí ese realmente es mi éxito: poder escribir y publicar.


"Ojalá en la vida pudieras bloquear y desbloquear, como en Twitter"
Escribes en varios medios de comunicación y eres, además, muy activo en Twitter.
Sí. Aunque desde hace un año hago una columna para El País, que se llama ‘La Paradoja y el Estilo’, y ocupa mucho de mi espacio. Consiste en ir hilando varias cosas que han pasado durante la semana. Es un ejercicio con el que estoy muy feliz y agradecido, pero me hace más complicado publicar en Twitter. Aún así, creo que es fantástico, Twitter me ha dado mucha libertad de pensamiento. Es un lugar fantástico para aprender y entender muchas cosas. Tiene millones de protocolos: tienes que aceptar que va a haber insultos, por ejemplo, pero tienes esa fórmula fantástica de bloquear a alguien y también desbloquear, que es lo interesante. Ojalá en la vida real pudieras hacer eso.
En lo que ocupa un tuit, ¿mandarías un saludo de despedida a los lectores de D9Mag?
Es maravilloso ser la primera entrevista de D9 Mag en el baño de invitados del hotel Carlton… y ya nos hemos pasado, ¿no?